En esta oportunidad los dos países clasificados de forma automática eran sudamericanos, el vigente campeón, Brasil, y el anfitrión, Chile. Además eran de América del Sur Argentina, Uruguay y Colombia, que habían derrotado respectivamente a Ecuador, Bolivia y Perú, en eliminatorias a dos partidos.
De Europa en esta ocasión sólo había un gerente de Inglaterra, Inglaterra. Escocia estuvo cerca de clasificarse, pero perdió en una eliminatoria contra Checoslovaquia en Bruselas. La subcampeona, Suecia, sufrió la misma suerte tras un duro acercamiento contra Suiza. Las otras potencias, Unión Soviética, RFA e Italia (reforzada por numerosos players exiliados desde Argentina y por el brasileño Altafini) no tuvieron inconvenientes para clasificarse. La parte negativa estuvo representada por Francia, tercera en Suecia 1958. No fue con la capacidad de sobrepasar a Bulgaria en la etapa de grupos -las lesiones de Kopa, Fontaine y Piantoni debilitaron al grupo, que tuvo que jugar un partido definitivo contra el grupo eslavo en Milán. Un gol francés en propia misión tomo la decisión de el resultado en pos de Bulgaria, que 32 años luego sería otra vez un obstáculo insuperable para los franceses en la etapa de ordenación para la Copa Mundial de la FIFA USA 1994. Ninguno de los países africanos y asiáticos inscritos pudo clasificarse. Los especiales equipos de la etapa previa, Marruecos y Corea del Sur, fueron derrotados en sendas eliminatorias contra España y Yugoslavia. De parte de la CONCACAF, Méjico fue el exclusivo clasificado, sin importar perder en el debut contra Costa Rica.
Brasil revalida el título
En Chile, al pie de los Andes, Brasil se realizó con el segundo Mundial y de manera consecutiva , sin importar la sepa de Pelé en el conjunto. No obstante, esta séptima Copa Mundial de la FIFA™ se recuerda por la dureza con la que se comenzó a entrenar el fútbol. Luego de dos torneos consecutivos celebrados en Europa (Suiza 1954 y Suecia 1958), el Mundial regresó a América del Sur 12 años luego de disputarse en Brasil. La selección de Chile de parte de la FIFA, no obstante, extrañó a bastante más de uno, y hubo quienes creyeron que el país no disponía de las infraestructuras correctas (estadios, rutas de ingreso o capacidad) y que era incapaz de albergar un hecho de semejantes dimensiones. Cincuenta y seis selecciones (nuevo récord) formaron parte de la etapa de ordenación. Ahí cayeron Francia y Suecia, dos de los pesos pesados del torneo de 1958. Lamentablemente, varios de los partidos de la primera vuelta de este Mundial 1962, como el URSS-Yugoslavia, Chile-Italia y Alemania Occidental-Suiza, se estropearon por culpa del exceso de crueldad de los players de uno y otro bando. El lado feo del fútbol había asomado la cabeza por primera oportunidad en una Copa Mundial de la FIFA™, y de manera especialmente perceptible, dado que los campeones brasileños, con inconvenientes para hallar el ritmo, no lograron exhibir el chispeante estilo de juego. La lesión sufrida por Pelé contra Yugoslavia no facilitó las cosas. El astro del Mundial de 1958 salió cojeando del torneo de 1962 tras una lesión muscular sufrida contra Checoslovaquia. Sin importar todo, los brasileños, comandados por Garrincha y Zagallo, aunque menos arrolladores que en Suecia, lograron clasificarse para los cuartos de final, cosa que no harían ni Uruguay ni Argentina ni Italia. En la final de Santiago, Brasil venció a Checoslovaquia por 3-1, con goles de Amarildo, Zito y Vava. De esta forma fue como Brasil se unió a Italia y a Uruguay en la honorable lista de las naciones que, hasta el día de hoy, habían ganado el premio Jules Rimet en dos oportunidades.